Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Argentina transitan una etapa de incertidumbre económica. La reciente decisión del presidente Donald Trump de aumentar los aranceles sobre ciertas importaciones ha generado preocupación en diversos sectores productivos argentinos, que destacan las asimetrías existentes en el comercio bilateral.
Mientras tanto, el Gobierno de Javier Milei mantiene silencio sobre las políticas arancelarias puestas en práctica por Donald Trump e insiste con el sueño de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
En este contexto geopolítico, AmCham Argentina (Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina) presentó un informe donde se destaca que Estados Unidos es el principal inversor extranjero en Argentina, con un 18% del stock total de inversión extranjera directa, lo que representa más de 165.000 millones de dólares. Sin embargo, la balanza comercial históricamente ha sido deficitaria para Argentina, con un promedio de 2.700 millones de dólares anuales entre 2015 y 2023. En 2024, por primera vez en años, se logró un superávit de 302 millones de dólares, sustentado por una fuerte caída en las importaciones debido a la profunda recesión económica y del aparato productivo, y un leve crecimiento de las exportaciones.
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Estados Unidos lidera la lista de la inversión directa en la Argentina.
Donald Trump y las nuevas políticas arancelarias
Las políticas proteccionistas puestas en práctica por la nueva gestión de Donald Trump, con incrementos arancelarios de hasta el 25% en ciertos sectores, ponen a nuestro país en una situación de debilidad en las próximas balanzas comerciales con el país del norte, ya que verá seriamente afectadas sus exportaciones de acero y aluminio, lo que representaría una pérdida de aproximadamente 600 millones de dólares. Además, el proteccionismo argentino se mantiene en niveles superiores al estadounidense, con un arancel promedio del 6,4% sobre productos estadounidenses, frente al 1,2% que impone EE.UU. a los bienes argentinos, lo que aleja la posibilidad de que la gestión trumpista dé marcha atrás con sus “castigos” arancelarios.
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Donald Trump muestra el decreto de aumento de los aranceles al aluminio y el acero.
Las importaciones argentinas desde Estados Unidos incluyen productos químicos, electrónicos, maquinaria y derivados del petróleo. En contraste, las exportaciones hacia EE.UU. están concentradas en el sector petrolero-petroquímico, metales primarios y alimentos procesados. En el primer semestre de 2024, las ventas argentinas a EE.UU. sumaron 2.895 millones de dólares, con el sector petrolero-petroquímico a la cabeza, seguido por el minero-metalífero y el complejo oro y plata.
Mientras Javier Milei impulsa el tratado de libre comercio, Argentina y EE.UU. han establecido a lo largo de los años acuerdos estratégicos para compensar las asimetrías, como el Trade and Investment Framework Agreement (TIFA) de 2016, que facilita el comercio y mejora la protección de la propiedad intelectual. Además, en 2024 se firmó un memorando de entendimiento sobre minerales críticos, fortaleciendo la colaboración en la explotación de recursos estratégicos como el litio y en el desarrollo del 5G y el WiFi6.
A esos acuerdos hay que sumar la revisión de aranceles al biodiesel, que se está negociando y que podría reactivar exportaciones por más de 1.200 millones de dólares anuales, la reincorporación al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), lo que facilitaría el acceso a mercados clave, y las negociaciones para la expansión de exportaciones agroindustriales con la mira puesta en la carne bovina, miel, aceites esenciales y vinos.
Desafíos estructurales y necesidad de reformas
El informe de la Cámara insiste en sus conocidos reclamos y señala que, a pesar de las oportunidades, existen barreras que limitan la competitividad argentina en el mercado estadounidense, como la alta presión impositiva, las restricciones cambiarias, la falta de seguridad jurídica y los déficits en infraestructura logística, que impactan en la competitividad de los productos argentinos en mercados internacionales.