La vieja combinación de salarios por la escalera y precios por el ascensor ha derivado en un fenómeno alarmante con escasos o nulos antecedentes en la Argentina. Las familias recurren cada vez más al endeudamiento para cubrir necesidades básicas como la compra de alimentos. Según un informe privado de la consultora Vectorial, en el último año las compras en supermercados pagadas con tarjeta de crédito pasaron del 39,4% al 47,5%, un salto de 8,1 puntos porcentuales. Este crecimiento contrasta con una fuerte caída en el uso de medios de pago como el efectivo y el débito, lo que refleja la búsqueda de los hogares por mantener el consumo en un contexto de ingresos insuficientes.
Un cambio drástico en los hábitos de pago
El informe "Margen Financiero" de Vectorial, difundido en los últimos días y dirigido por los exfuncionarios Haroldo Montagu y Eduardo Hecker, detalla que, entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024, los pagos con tarjeta de débito en supermercados cayeron del 33,3% al 25,1%, mientras que el uso de efectivo alcanzó un mínimo histórico del 16,3%. Este desplazamiento no se explica por un aumento general en los medios electrónicos, ya que las promociones de billeteras virtuales como Modo o Mercado Pago, que ofrecen reintegros de hasta 30% en compras con débito, no logran revertir la tendencia.
"Las familias no eligen el crédito por conveniencia, sino por necesidad. Los ingresos disponibles están en niveles mínimos históricos, y el endeudamiento se convierte en una estrategia defensiva para sostener el consumo", explica Vectorial. El informe también destaca que, a pesar de la baja en las tasas de interés y el regreso de promociones, la caída superior a los 7 puntos en las ventas de supermercados a valores constantes en 2024 refuerza esta hipótesis.
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Con salarios en baja y precios que no dejan de crecer aumenta el endeudamiento para comprar en el supermercado
El uso de tarjetas de crédito no solo creció en volumen, sino que también cambió su modalidad. Según el informe, el 50% de los usuarios paga en un solo pago, el 25% opta por cuotas, y menos del 15% utilizaba el programa "Cuota Simple" antes de su eliminación. Este plan, impulsado por el gobierno anterior, fue discontinuado por el actual como parte de sus políticas de secar la plaza para combatir la inflación.
Sin embargo, el endeudamiento no está exento de riesgos. La consultora señaló que la Probabilidad de Default Estimada (PDE) en el crédito a las familias alcanzó un máximo del 3% en préstamos personales a mediados de 2024, para luego descender al 2,5%, casi el doble del promedio de la última década. "Las financiaciones con tarjetas de crédito y los préstamos hipotecarios muestran una tendencia similar, lo que indica un crecimiento del endeudamiento y riesgos incipientes", advierte la consultora.
La raíz del problema: pérdida de poder adquisitivo
El trasfondo de este fenómeno es la caída sostenida del poder adquisitivo. Un reciente informe de Fundar revela que, entre diciembre de 2022-septiembre de 2023 y diciembre de 2023-septiembre de 2024, todos los ingresos considerados disminuyeron, salvo la Asignación Universal por Hijo (AUH). "Predominan las pérdidas, pero con distintas intensidades", señala el estudio.
Por su parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) añade que los salarios sufrieron un fuerte golpe en diciembre de 2023 con la aceleración inflacionaria. Si bien los trabajadores privados registrados recuperaron parte de lo perdido (quedando 1,5% por debajo de noviembre de 2023), los empleados públicos y los trabajadores no registrados se estancaron, con caídas del 16,1% y 20,1%, respectivamente. En promedio, el poder de compra de los salarios, según el INDEC, descendió un 9,6%.
El aumento del endeudamiento para acceder a la canasta básica no es solo un indicador económico, sino un reflejo de la crisis social. Consumidores, acorralados por la inflación y la pérdida de ingresos, recurren al "tarjeteo" como última opción para llenar el changuito. Sin embargo, este alivio temporal podría convertirse en una trampa a largo plazo, especialmente si los riesgos de default se materializan.
En un país donde la plata no alcanza, la tarjeta de crédito se transforma en una herramienta de supervivencia.