El INDEC se está transformando en una pesadilla para Javier Milei y su equipo económico. Semana tras semana, los datos oficiales desmienten el relato mielista de la recuperación de la economía. Ahora le tocó al consumo, que muestra que la recuperación solo existe en la imaginación oficialista.
El consumo en supermercados y autoservicios mayoristas en septiembre de 2024 marcó un retroceso significativo, según el INDEC.Las ventas totales a precios constantes en supermercados cayeron un 12,8% interanual, acumulando una contracción del 11,6% entre enero y septiembre. A su vez, las ventas en autoservicios mayoristas reflejaron una disminución aún mayor, del 21,7% en comparación con el mismo mes de 2023, con una baja acumulada del 14,4% en el año. Pero además también reflejan una caída intermensual (0.4%) ratificando que la recesión no terminó ni mucho menos.
A pesar de un incremento del 173,3% en las ventas a precios corrientes en supermercados, este crecimiento quedó por debajo de la inflación interanual, que alcanzó el 209% según el IPC. En términos desestacionalizados, las ventas mostraron una caída del 0,4% respecto a agosto, confirmando el deterioro del consumo masivo.
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Gondolas llenas, pasillos vacíos. Los números del INDEC confirman que el consumo no repunta.
Consumo: Crece el endeudamiento para comprar
Mientras las transacciones online registraron un aumento del 205,8% interanual, sin embargo las ventas presenciales continuan representando más del 95% del total facturado. Tal como lo muestran los datos el crecimiento de las ventas online es desmedido porque la base de comparación es muy baja, pero sigue representando una porción insignificante del consumo total.
Los métodos de pago también reflejaron tendencias cambiantes: las operaciones con tarjetas de crédito crecieron un 242,4% en términos nominales, representando el 45,3% de las ventas totales, mientras que el uso de efectivo retrocedió significativamente.
En el caso de los autoservicios mayoristas, las ventas a precios corrientes alcanzaron los $266.877 millones, con los mayores incrementos nominales en categorías como indumentaria (268,2%) y panadería (188,8%). No obstante, en términos reales, las ventas de lácteos, bebidas y productos de almacén lideraron las caídas.
Entre las categorías de productos, solo los artículos de limpieza y perfumería mostraron un aumento real en supermercados, con un incremento del 216,5%. En contraste, rubros como electrónicos, indumentaria y bebidas registraron las mayores caídas.
El escenario se repitió en los centros comerciales, donde las ventas a precios constantes descendieron un 12,8% interanual. En el Gran Buenos Aires, el desplome fue más pronunciado, afectando especialmente a rubros como decoración y entretenimiento.
El regreso al comercio minorista y el "fiado"
La caída del consumo en los grandes canales conlleva un resurgimiento de los comercios minoristas de barrio, donde el "fiado" ha regresado como estrategia para enfrentar la crisis ante el agotamiento del credito de billeteras virtuales y tarjetas. Según Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, aseguró a medios nacionales que las ventas en almacenes crecieron un 5% en octubre respecto a septiembre.
Por su parte el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) presentó también su informe mensual destacando que el ajuste fiscal y el salto inflacionario han generado un impacto regresivo en los ingresos de los hogares, consolidando una dinámica de recesión. Los consumidores, con ingresos cada vez más erosionados, han priorizado los canales de venta que les ofrecen mayor flexibilidad, aunque esto no implica una mejora en el poder adquisitivo.
Con un consumo que no logra repuntar e ingresos congelados el panorama sigue siendo desalentador y los efectos negativos sobre la demanda interna de las medidas del Gobierno persisten, por más que Javier Milei y Luis Caputo lo nieguen.