En la jornada de ayer falleció Onofre Arcos, el enólogo argentino que revolucionó la elaboración de espumantes en el país. Con una trayectoria de más de cuatro décadas en Chandon Argentina, Arcos fue el tercer Chef de Cave desde la llegada de la bodega al país en 1950 y una figura clave en la modernización de la industria vitivinícola nacional.
Onofre Arcos ingresó a Chandon en 1975 como pasante, cuando el espumante aún era conocido como "champagne" y su consumo era reducido a eventos protocolares. Su talento y dedicación lo llevaron a convertirse en el primer argentino en alcanzar el puesto de Chef de Cave, marcando un hito en la historia de la bodega y de la vitivinicultura argentina.
Durante su gestión, Arcos impulsó la incorporación de variedades como el Chardonnay y el Pinot Noir, cepas que hoy son fundamentales en la elaboración de espumantes en Argentina. Su visión y liderazgo contribuyeron al desarrollo de viñedos de altura en el Valle de Uco y a la adopción de tecnologías innovadoras en la producción de espumantes.
"Onofre es para Chandon y todos sus colaboradores un mentor y un ejemplo. Talentoso, generoso, humilde y de una dimensión humana fuera de lo común, esculpió durante cuatro décadas los espumantes de Chandon Argentina con gran sensibilidad y obsesión por la calidad", destacó Hervé Birnie-Scott, Estate Director de Chandon Argentina cuando Onofre se jubiló en la champañera más famosa del mundo.
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Onofre Arcos, el día que Chandon bautizó a su cava de espumantes con el nombre del enólogo.
Espumantes, un mundo que nunca abandono
Arcos, un apasionado del vino y la docencia, siempre sostuvo que la calidad de un espumante no dependía del método de fermentación, sino del viñedo, la materia prima y el cuidado en cada etapa de la elaboración. Su preferencia por la cosecha 2016, caracterizada por un clima frío similar al de Champagne, reflejaba su profundo conocimiento y amor por su profesión.
Aun después de su retiro formal, Onofre Arcos siguió vinculado a Chandon, participando en degustaciones y programas de sustentabilidad. En reconocimiento a su legado, la bodega bautizó con su nombre a "la cava", un homenaje a su incalculable contribución.