Es una de las 6 del mundo. La técnica de esterilización de insectos para combatir plagas. Cómo son los ensayos para la salud humana de la planta de Iscamen.
Vista interior de parte de la planta de Iscamen que produce insectos estériles para el control de plagas
Prensa Gobierno de MendozaOcupa 16 mil metros cuadrados en Santa Rosa y se asemeja a un centro de investigación tecnológica de avanzada. De hecho, lo es. La bioplanta del Iscamen se ha convertido en un polo estratégico para el control de plagas, pero trascendió hace rato a la sanidad vegetal: produce material genético para combatir a las que azotan a la producción de Mendoza, como Lobesia y mosca del Mediterráneo, y de a poco avanza en soluciones para la salud humana en su lucha contra el dengue.
El uso de la TIE (Técnica del Insecto Estéril), autorizada por Naciones Unidas como método para combatir ese tipo de flagelos convirtió al predio del Iscamen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza) ubicado en plena zona Este y donde trabajan más de 200 personas en uno de las 6 plantas de ese tipo en todo el mundo. Le pelea el puesto a varias en volumen de producción por semana, que supera los 700 millones de unidades de pupas esterilizadas.
"Es una planta creada en forma modular, que permite crear varias especies de insectos para aplicar la TIE como herramienta. Por ello, tenemos varias líneas de cría masiva y en investigación para aplicarlo en control de plagas tanto en área vegetal como animal", detalla Alejandro Asfennato, secretario técnico de Iscamen y uno de los responsables de la planta.
Precedido por un complejo de menores dimensiones en el distrito Km8, se trasladó a Santa Rosa en 2007. Lo que hoy es un centro de investigación y desarrollo multipropósito nació limitado a tratar Cetatitis Capitata (Mosca del Mediterráneo, o de la Fruta), pero con el tiempo fue ampliándose a otras plagas que castigan al campo.
Sitio Andino recorrió el lugar para mostrar cómo se trabaja en la producción de insectos para neutralizar las distintas patologías. Pase y vea...
Más de 210 personas trabajan en el predio que cuenta con equipamiento de última generación. Hoy la esterilización de pupas, un método homologado por la ONU, se adapta a al menos media docena de plagas.
Eso la coloca en el Top 6 de países con centros similares. El mayor es Guatemala, donde se producen y esterilizan 4 mil millones anuales, seguido por México (1.500 millones). Más atrás aparecen la bioplanta de Hawaii (700 millones) al mismo nivel que la de Valencia, en España, y Perú (600 millones).
A la Mosca del Mediterráneo se suma la Lobesia Botrana (Polilla de la Vid). También la llamada "bichera del ganado" a pedido del Gobierno de Uruguay (ver abajo) y ya comenzó la investigación de un nuevo método de control del dengue.
Una recorrida por el interior de la planta permite ver cómo en distintos módulos (24 en total) se producen las pupas que en poco tiempo serán insectos mediante la cría con material orgánico.
En el medio, son sometidos a la irradiación antes de soltarlos en ambientes controlados para su cruza con machos atraídos por la liberación de feromonas. En total, se producen 12 mil millones de pupas al año.
Según Asfennato "un 87% se utiliza a campo en Mendoza, y el resto se exporta. El propósito es incrementar ese porcentaje para llegar a ser autosustentables".
Antes, las pupas pasan por un estricto control de calidad en el laboratorio de la bioplanta. Un paso clave para la selección y separación de machos y hembras.
Pero no sólo se limita a la biología animal. También hay pruebas iniciáticas de otro tipo.
Aunque en fase experimental, también funciona un invernadero para producir plantas de cannabis con el propósito de integrarlas a una cadena de elaboración de productos terapéuticos o para uso medicinal.
Uruguay es uno de los mercados latinoamericanos que ya se transformó en "cliente" de la bioplanta del Iscamen. Allí, la demanda pasa por la necesidad de controlar la "bichera del ganado" que en los últimos tiempos ha diezmado la producción animal charrúa.
Para eso, el organismo agrosanitario de Mendoza acaba de firmar un contrato de u$d 12 millones.
En la misma línea, a fines de junio, Iscamen recibirá a una misión de Panamá, otro de los destinos adonde el organismo apunta a vender su producción y servicios.
Actualmente, este tipo de exportación no tradicional para Mendoza es incipiente pero crece. El 13% de la producción total de insectos estériles (unos 1.300 millones de unidades) van mayormente a Chile (8 millones semanales para el control de Mosca del Mediterráneo) y en especial Bolivia (60 millones en total), y una cuota también se destina al combate de plagas en la Patagonia argentina, sobre todo la zona frutícola de Neuquén y Río Negro, que concentra unos 1.000 millones por año.
Pero en la bioplanta de Santa Rosa hacen un culto del principio físico de que "nada se pierde, todo se transforma".
De hecho, la nueva impronta comercial que le da la gestión de José Orts al frente del Iscamen contempla vender todo, no sólo insectos sino también insumos. Esto incluye hasta la materia orgánica que se usa como sustrato para la cría de gusanos o pupas en forma de pellets.
Pero ese principio abarca mucho más. Otro ejemplo es la cría del Gusano Barrenador (Tenebrio Molitor) que, una vez desecado, se transformará en harina que se vende como alimento para aves y peces
Varios países, con Dinamarca a la cabeza, adonde ya se enviaron las primeras muestras desde Mendoza, lo demandan a un ritmo de 300 millones de toneladas anuales.
Como vector del dengue, el mosquito Aedes Aegypti es otro sujeto sobre el que los técnicos ya empezaron a trabajar con la técnica de esterilización. El objetivo: reducir la población del insecto que contagia la enfermedad.
Los trabajos están en el marco de un convenio con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Un acuerdo que, por su alcance, podría proyectar a la bioplanta de Mendoza como una proveedora del control del dengue a todo el mundo.
"Se están realizando ensayos de compatibilidad en espacios confinados. Son para probar la capacidad de los machos criados en el laboratorio, de ser aceptados por mosquitos silvestres", explicó la técnica Mónica López sobre las tests para constatar la eficacia del método en el control de la enfermedad.
¿En qué etapa se encuentra? Iscamen acaba de incorporar un equipamiento que permite separar las pupas por sexo, para poder identificar a las hembras que reproducen al Aedes y se buscan esterilizar. Algo que, según indican los técnicos, "va a agilizar los tiempos".