Tener un hámster como mascota se ha vuelto muy popular en todas partes del mundo. Son animales pequeños, adorables y fáciles de cuidar, ideales para familias y personas que buscan compañía. Sin embargo, criar hámsteres también implica conocer sus conductas más complejas.
El lado desconocido de tener un hámster como mascota
Aunque muchas personas disfrutan de tener hámsteres por su carácter sociable y su aspecto tierno, estos animales tienen instintos que a veces nos resultan difíciles de entender. Algunos comportamientos naturales pueden desconcertar a los dueños primerizos, especialmente cuando se trata de su forma de cuidar a las crías.
Mascotas: las sorprendentes razones por las cuales algunos hamsters se comen a sus crías
Uno de los actos más impactantes es el canibalismo. Sí, aunque suene fuerte, los hámsteres pueden comerse a sus propios bebés. Lo que para nosotros parece una atrocidad, para ellos es un acto ligado a la supervivencia y la naturaleza.
¿Por qué los cuyes se comen a sus crías?
Este fenómeno, aunque inquietante, es más común de lo que se cree. Existen varias razones por las cuales un hámster hembra puede optar por devorar a una o varias de sus crías. Se trata de un comportamiento instintivo que responde a la lógica de la selección natural.
Debilidad de la cría: Si la madre percibe que alguno de sus bebés es demasiado débil para sobrevivir, puede comérselo. Así evita que el pequeño sufra en un entorno donde sólo sobreviven los más fuertes.
Estrés y ansiedad postparto: Las camadas de cuyes suelen ser numerosas. Si la madre siente que no puede atender a todos, puede eliminar a algunos para asegurarse de que el resto tenga más posibilidades de crecer sanos.
Déficit nutricional: Después del parto, la madre necesita muchos nutrientes. Al comerse una cría, recupera energías que luego podrá destinar al cuidado de los demás.
Crías fuera del nido: Si un bebé nace lejos del refugio, la madre puede no reconocerlo y lo considera alimento en lugar de descendencia. Es su modo de mantener la energía y cuidar al resto.
Si tenés un hámster como mascota y observás este tipo de conductas, es importante revisar el entorno donde vive. Brindarle un espacio seguro, alimentación adecuada y evitar el estrés puede reducir estas situaciones. Conocer la naturaleza de los pequeños roedores es clave para cuidar mejor de ellos./Mundo deportivo.