Por primera vez en la temporada, sonó el teléfono rojo en la casa de Gran Hermano 2025. La oferta era tentadora: fulminar a dos jugadores o disfrutar de un banquete en el SUM junto a la mitad de los competidores por 10 minutos.
Santiago Algorta revolucionó la casa al atender el teléfono rojo y subir a dos jugadores a placa, generando tensiones y estrategias inesperadas.
Por primera vez en la temporada, sonó el teléfono rojo en la casa de Gran Hermano 2025. La oferta era tentadora: fulminar a dos jugadores o disfrutar de un banquete en el SUM junto a la mitad de los competidores por 10 minutos.
El encargado de atender el teléfono fue Santiago Algorta, conocido como Tato, quien también fue el primer líder de la casa. Tras escuchar a Santiago del Moro, decidió rápidamente optar por la fulminante, dejando de lado el banquete. “Voy a elegir lo de la placa y quiero pensar a quién”, aseguró Tato, generando nerviosismo entre sus compañeros.
Después de reflexionar, Tato subió a Sofía “Sopa” Buscio a la placa, explicando que quería ver si sus decisiones en el juego se basaban en afinidad o estrategia. Luego, sumó a Chiara Mancuso por motivos similares. Esta decisión no cayó bien en el líder de la semana, Juan Pablo de Vigili, quien consideró que Tato "se cree dueño del manual del juego", según publica Telefe.
El accionar de Tato desató un fuerte cruce con Juan Pablo, quien sintió que su autoridad como líder era desafiada. La discusión se centró en conceptos como "valores" y el verdadero sentido del juego, dejando a la casa en un clima tenso y expectante.