Analisis

Javier Milei tiene su Pacto de Mayo, lleno de lugares comunes y ausencias notables

Javier Milei firmó el Pacto de Mayo. Un papel sin ningún valor legal que busca darle aire político y alimentar su ego. Todo ya está escrito en la Constitución.

Nada que extrañar en este gobierno, pero alguien debería saber que la Constitución (cuyo ejemplar original fue llevado anoche a Tucumán) denomina a nuestro país como República Argentina, Confederación Argentina o Provincias Unidas del Río de la Plata como nombres alternativos. Y, si quisieron remedar el acta de la Independencia, sería Provincias Unidas en Sud América, nombre dejado de lado en la constitución del '53.

Art 35: Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras "Nación Argentina" en la formación y sanción de las leyes. Art 35: Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras "Nación Argentina" en la formación y sanción de las leyes.

Una fiesta cerrada en la medianoche (mejor ni repetir los rumores sobre el por qué del horario elegido), sin fervor popular y llena de lugares comunes y con más ausentes que presentes, no parece ser la mejor forma de cerrar un pacto que se pretende refundacional de un país.

El Pacto de Mayo o pliego de condiciones y lugares comunes

El pacto que más que pacto fue presentado como un pliego de condiciones por el propio presidente al 1 de marzo -y al cual solo se le agrego un ítem generalista sobre educación- contiene solo un listado de objetos y objetivos ya contempladas en la Constitución, por lo tanto se entiende que ya existe un acuerdo amplio sobre esos puntos (quienes firmaron juraron cumplir sus funciones de acuerdo a esa Constitución)-

Quizás Milei y su mesa chiquita no lo saben, pero quienes llevan algunos años en la vida política tienen claro que lo firmado ayer tiene el mismo valor que la nada, y que la gran mayoría de los gobernadores firmantes no tendrán ningún empacho en mandar el pergamino a la trituradora de papel ni bien Javier Milei empiece a perder poder o su popularidad siga cayendo.

Alguien por allí dijo estos días que el Pacto de Mayo, firmado en julio, no era otra cosa que un pacto firmado por el Presidente con sí mismo.

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Los firmantes del acta del Pacto de Mayo posan junto a Javier Milei en la sala de la Independencia en la Casa de Tucumán

Los firmantes del acta del Pacto de Mayo posan junto a Javier Milei en la sala de la Independencia en la Casa de Tucumán

El Pacto de Mayo punto por punto

El primer punto, La inviolabilidad de la propiedad privada, está contemplada en la Constitución Nacional y para ser realistas no se ve correr ningún riesgo.

Los puntos 2 y 3, El equilibrio fiscal innegociable y la reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno, suponen preceptos lógicos pero, más allá de no tener ningún valor legal, es la consolidación discursiva del recorte feroz de los ingresos de jubilados, docentes, policías, médicos y también los trabajadores del sector privado. Con una redistribución cada vez más regresiva que se puede unir al punto 5; Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio. Que tiene un subtexto claro de quiénes serán los beneficiados con la “reducción de la presión impositiva”.

En la desordenada redacción del documento los puntos el 8 y el 9 vienen de la mano proclamando una reforma laboral y una reforma previsional que ya el gobierno en el DNU y la original Ley Bases dio muestras de cuáles serían las direcciones que pretende tomar.

Más o menos lo mismo en el punto 10, donde proclama La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser protagonista del mercado global. Traducido en lenguaje de Javier Milei, apertura indiscriminada de importaciones industriales y exportación de commodities como bien lo plantea el punto 7, El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.

El punto 6 solo reafirma lo que Argentina espera desde 1994 por mandato constitucional, que ninguno de los movimientos políticos de los firmantes de hoy cumplió en 30 años: la discusión de un nuevo sistema de coparticipación entre la Nación y las provincias.

Las caras de los presentes y los nombres de los ausentes, que van desde la vicepresidenta de la Nación hasta los jueces de la Corte, pasando por la mayoría de los bloques legislativos, los trabajadores organizados y las pymes, sumado a situaciones rayanas con el ridículo como la firma de la hermana del Presidente y no del Jefe de Gabinete -que tiene rango constitucional- y un nuevo discurso de copy/paste del Presidente, lleno de errores históricos, leído de la peor manera, hablan más del pacto que el propio pacto.

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