Tras la aparición del andinista Fernando Reto Reynal, su pareja contó que le pidió una prueba de vida para confirmar el rescate, después de días incomunicados, desesperada y llena de incertidumbre.
Los mensajes, la incertidumbre y la desesperación de la mujer mendocina que comparte su vida con Fernando Reto Reynal. Cómo lo vivió.
Tras la aparición del andinista Fernando Reto Reynal, su pareja contó que le pidió una prueba de vida para confirmar el rescate, después de días incomunicados, desesperada y llena de incertidumbre.
De acuerdo a su relato, se mantuvo comunicada con Fernando hasta el domingo 9 por la tarde y dijo que "cuando tenía señal allá arriba, le enviaba fotos o le comentaba por dónde iba".
En este contexto, explicó que esta "era la tercera cumbre" del abogado en el Cerro El Plata y afirmó que "no es un tipo para nada improvisado" en este tipo de actividades: "de hecho, iban con todo el equipamiento correspondiente. Hasta habían consultado con un experto que les pasa el pronóstico exacto a los montañistas".
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"Su última comunicación conmigo fue el sábado por la mañana. Estaban descansando y acampando en Salto de Agua. Yo sabía que la cumbre sería el domingo y después viajar de regreso a Mendoza", señaló.
Cuando llegó el domingo, la mujer contó que le mandó mensajes a Reto, pero no los recibió, y pensó que "no tenía señal" o estaba "sin batería". Al día siguiente, el lunes 10 de febrero, volvió a escribirle temprano, pero seguía sin obtener respuestas.
En ese momento, comenzó a preocuparse, por lo que a la tarde se contactó con su familia que reside en Buenos Aires, y luego era informada por el jefe del Operativo de Rescate, Marcos Páez, sobre el procedimiento para dar con el paradero de Fernando.
"Fueron muchas horas de incertidumbre y angustia. Nuestros grupos de montaña de trekking estaban desesperados y organizaron cadenas de oración", afirmó Carina, que también es mendocina y abogada, a la vez que reveló: "El sábado, a las 20:45, recibí un mensaje de WhatsApp de Fernando, diciéndome que estaba bien. Le pedí una prueba de vida y me envió una foto. De inmediato subimos al Hospital de Uspallata, donde lo dejaron internado por precaución, con suero para hidratarlo".
"Me quedé esa noche para cuidarlo y el domingo a las 9 le dieron el alta y regresamos a Mendoza con sus hermanas", dijo contenta por haber encontrado con vida a su pareja.
"Nos conocimos el año pasado en un trekking a la Cascada de Diamante, en Uspallata. Yo también practico este deporte apasionante", concluyó sobre el inicio del vínculo amoroso.
NA