El presidente Javier Milei encabezará una peculiar Asamblea Legislativa, con el respaldo ferviente de sus seguidores, pero con una oposición que decidió ausentarse en señal de rechazo.
Javier Milei abre sesiones con ausencias masivas. Gobernadores peronistas y senadores no asistirán a la convocatoria. El PRO será su principal aliado en el recinto.
El presidente Javier Milei encabezará una peculiar Asamblea Legislativa, con el respaldo ferviente de sus seguidores, pero con una oposición que decidió ausentarse en señal de rechazo.
A pesar de las invitaciones cursadas a gobernadores, legisladores, la Corte Suprema, embajadores y representantes religiosos, muchos mandatarios provinciales peronistas decidieron no asistir. La reciente disputa entre Milei y Axel Kicillof, quien ni siquiera fue invitado, reforzó la postura de los ausentes.
Entre los gobernadores que confirmaron su asistencia se encuentran Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Martín Llaryora (Córdoba), mientras que otros, como Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza), no asistirána la convocatoria por compromisos previos.
Milei busca la presencia de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, sus invitados especiales, a pesar del rechazo de la oposición a sus designaciones por decreto. Se espera también a los magistrados de la Corte Suprema, aunque persiste la incertidumbre sobre sus posturas frente al gobierno.
El oficialismo enfrenta la deserción masiva de senadores y diputados peronistas, quienes justifican su ausencia en el maltrato del presidente, las polémicas designaciones y la falta de presupuesto. En contraste, el PRO, principal aliado de Milei, confirmó su asistencia con figuras como Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal y Diego Santilli.
Para contrarrestar la imagen de un recinto semivacío, el Ejecutivo llenará los balcones con militancia libertaria, quienes serán los encargados de ovacionar al mandatario durante su discurso. La foto de esta noche mostrará, como pocas veces en la historia reciente, el desgaste de la relación entre el Gobierno y la oposición.