Casi un 60% de chicos en Argentina tiene menos de 20 libros en casa: qué ocurre en Mendoza
Un relevamiento alerta sobre la baja presencia de libros en los hogares argentinos. El dato preocupa y pone en foco el acceso a la lectura en la infancia.
Casi un 60% de chicos en Argentina tiene menos de 20 libros en casa: qué ocurre en Mendoza
El próximo 23 de abril se conmemora el Día Internacional del Libro. En este marco, la organización Argentinos por la Educación reveló que un 59% de los niños de Argentina posee menos de 20 libros en su casa, lo que arroja luz sobre la necesidad de incentivar los hábitos de lectura.
La efeméride surgió en homenaje a la muerte de tres grandes referentes de la literatura universal: William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega, quienes fallecieron en 1616.
El relevamiento de la organización se basa en los cuestionarios complementarios del Operativo Aprender 2023, respondidos por alumnos de 6to grado de primaria, y busca arrojar luz sobre el vínculo entre los niños y la lectura.
Casi un 60% de chicos en Argentina tiene menos de 20 libros en casa: qué ocurre en Mendoza
Según los datos, a nivel nacional el 13% de los estudiantes asegura no tener libros en formato físico en su casa, mientras que un 24% declara tener entre 1 y 5 ejemplares. Además, un 22% posee entre 6 y 20 libros, el 16% entre 21 y 50, el 9% entre 51 y 100, y sólo un 16% supera los 100 ejemplares en papel.
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En la provincia de Mendoza, un 14% de los encuestados afirmó no tener libros en formato papel en casa, un 28% dijo contar con 1 a 5 libros y un 23% entre 6 a 20. Por otro lado, un 36% asegura tener desde 21 libros en adelante en el hogar.
De esta forma, nuestra provincia se posiciona en el séptimo lugar del ranking de hogares que menos libros en formato papel poseen, con una diferencia porcentual de solo 2 puntos con La Pampa, en la que un 16% de chicos dijo no tener libros en dicho formato en casa.
El informe también muestra marcadas diferencias por jurisdicción. En Formosa, el 73% de los niños tiene menos de 20 libros; en Santiago del Estero, el 68%; y en Corrientes, San Juan y Chaco, el 67%.
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Para Federico del Carpio, Coordinador de Políticas Educativas de Argentinos por la Educación, se trata de una problemática con desafíos muy vigentes. “Contar con libros en cada hogar es una condición necesaria (aunque no suficiente) para desarrollar el hábito y el deseo por la lectura”. Además, añade que “la responsabilidad principal es de los gobiernos, que ya están trabajando en el tema, pero hace falta redoblar esfuerzos. Al mismo tiempo, el compromiso cotidiano de las familias puede hacer una gran diferencia”.
En este sentido, también recordó el lanzamiento de la Campaña Nacional por la Alfabetización #QueEntiendanLoQueLean, la cual surgió a partir del dato de que en Argentina, 1 de cada 2 chicos de 3er grado no entiende lo que lee.
No tener libros en casa, ¿afecta al aprendizaje de los chicos?
El impacto de tener libros físicos en casa no es fútil. En rigor, un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) basado en las pruebas PISA 2018, señala que existe una fuerte correlación entre la presencia de libros impresos en el hogar y el rendimiento lector de los estudiantes.
De acuerdo con el informe, los estudiantes que leen principalmente en formato impreso obtienen puntuaciones significativamente altas en las evaluaciones de lectura en comparación con aquellos que leen en formatos digitales o que rara vez leen libros. En adición, se advierte que la presencia de libros en papel ha caído, especialmente en hogares de bajos recursos.
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La falta de acceso a libros en formato físico también tiene implicancias pedagógicas. Andrea Olmedo, docente, explicó que “manipular, mirar, girar páginas, olor, tocar” y tener contacto directo con un libro “despierta curiosidades que motivan a niñas y niños a leer, a entrar en un mundo que abre otros mundos”.
“Los libros, principalmente en formato papel, tienen ese ‘no sé qué’ que atrapa, aunque sea por un ‘ratito’ y, con el tiempo, ese ratito puede convertirse en un ‘montón’. La lectura enriquece el vocabulario, la manera de pensar, de ser críticos frente a situaciones de la vida cotidiana, de terminar con prejuicios. Leer es un acto revolucionario que empieza por simple curiosidad”, completa.