Verónica y Miguel Ángel se conocieron de pequeños. Bailaban en el Ballet de la Municipalidad de Las Heras y viajaron por el mundo. Actualmente tienen dos hijos que viven la misma pasión por la danza. Cómo se preparan para el Acto Central.
Más de 30 años de danza y pasión: la historia de dos artistas mendocinos que crecieron con la Vendimia.
Foto: Verónica SolsonaLa Fiesta de la Vendimia sin dudas marca vidas y construye historias que con el paso del tiempo se vuelven imborrables. Verónica y Miguel Ángel son bailarines folclóricos y se conocieron en la adolescencia. Actualmente ella tiene 54 años (de los cuales 38 son de trayectoria) y el 55 años (40 son de trayectoria), son padres de una niña y un niño que continúan en el camino del arte y la danza.
Claudia Verónica Solsona comenzó a bailar a los 12 años, vivía en el departamento de Las Heras y allí acudió al Estadio Vicente Polimeni a practicar folclore, todo comenzó como un hobbie. Verónica atravesó distintas etapas, desde el nivel juvenil hasta que llegó al Ballet Estable de la Municipalidad de Las Heras con 15 años de edad. En ese momento, conoció a Miguel, quien tenía 17 años y allí nació su amor. Ambos pertenecieron al Ballet por muchos años.
Por otro lado, Miguel Ángel Videla “Rulo”, empezó a bailar a los 5 años y desde allí nunca más se separó de la danza. En el año 1981 fue su primera actuación en el Acto Central, en ese entonces él tenía 13 años y sus padres eran los apoderados que firmaban para que pudiese bailar. Es decir, que tanto Verónica como Miguel, descubrieron el amor y la pasión por la danza desde muy pequeños, atravesaron distintas etapas, fueron padres y hasta el día de hoy siguen participando de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
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En diálogo con Sitio Andino, la pareja de Claudia y Miguel Ángel brindó detalles sobre la historia de vida que formaron juntos y su trayectoria como bailarines profesionales. Participaron de Vendimias departamentales de la mano del Ballet al que siempre pertenecieron, el de la Municipalidad de Las Heras. Tuvieron la posibilidad de viajar juntos para bailar en España, Cuba y distintos puntos de la Argentina, donde en cada lugar dejaron su huella.
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Sin embargo, el grupo del Ballet al que pertenecían los marcó para siempre, ya que siempre los acompañaron y hasta el día de hoy siguen compartiendo escenarios. En cuanto al estilo de baile, siempre apuntaron hacia el folclore y el tango, aunque también bailaron otros estilos debido a la presentación de los inmigrantes en la Fiesta de los mendocinos.
Luego de una larga trayectoria en el mundo de la danza y muchos lugares transitados, hasta el día de hoy ambos mantienen el mismo amor y la pasión que nació desde que eran pequeños. Una vez que Vendimia abrió el cupo para adultos mayores, no dudaron en inscribirse. “En el 2010 dejamos de bailar en el Acto Central, luego hicimos otra pausa, pero volver de nuevo es volver a sentir esa vibra en la piel, esa emoción tan linda”, afirmó emocionada Verónica.
“Nosotros nos paramos y sentimos esa adrenalina y la verdad que es impagable, es incontable todo lo que sentimos, todas esas emociones”, destacó Rulo en diálogo con este medio. “Eso es único, el sentido de pertenencia que tenemos ahí es muy lindo, la verdad que es una experiencia muy bonita que nosotros tratamos de transmitirlo a todos”.
A días del Acto Central en el teatro griego Frank Romero Day, la pareja se prepara para dar lo mejor de sí en un espectáculo único para todos los mendocinos. Sin embargo, ambos destacaron que este año “lo vamos a vivir y disfrutar desde otro punto de vista, desde otro lugar”, afirmaron. “Lo importante de esta etapa que estamos viviendo como adultos es encontrarnos con tanta gente de tantos años que también han participado. Estamos felices del staff que hay, porque a Franco (director de la Fiesta), yo lo vi desde muy chiquito, entonces es un orgullo para nosotros”, reafirmó con emoción Rulo.
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Sin dudas, la vida de los dos siempre estuvo marcada por la danza y la pasión que esta disciplina genera. Su trayectoria como bailarines profesionales comenzó en el Ballet de la Municipalidad de Las Heras y hasta el día de hoy ellos agradecen y recuerdan con cariño los momentos vividos. De ese lugar se llevan maestros que los marcaron con conductas, pautas, disciplina y respeto hacia los demás bailarines.
“Martín Puebla y Josefina Martínez nos llevaron de la mano, fueron nuestros segundos padres y directores del Ballet durante muchísimos años. Nos guiaron por mucho tiempo, viajábamos mucho y siempre estábamos con ellos. Éramos un grupo muy compacto y muy bonito”, destacó Verónica.
La danza se convirtió en un estilo de vida tanto para Verónica como para Rulo. Desde pequeños vivieron momentos inolvidables. Bailaron en distintos escenarios, viajaron por el mundo y construyeron una familia. Sus hijos continúan el mismo camino, ya que la niña es bailarina y el niño fanático de la actuación.
Cada vez que se suben al imponente escenario del Anfiteatro sienten una adrenalina que nunca se esfumó. El sentimiento es el mismo que desde hacen varios años atrás, el reencuentro con sus compañeros es algo mágico, el hecho de ensayar durante varios meses es símbolo de pasión, trabajo y dedicación.
Vendimia es una oportunidad para aquellas personas que disfrutan de la danza y viven la fiesta a flor de piel. Muchos jóvenes, apasionados por el arte y la danza, participan por primera vez o se encuentran construyendo su trayectoria en la Fiesta de los mendocinos. “Yo les diría que lo mejor que pueden hacer es dedicarse al arte. Lo principal no es ser el mejor, sino disfrutar y sentir la danza. Se lleva entro del alma y tiene que fluir a lo que vos sos”, destacó Verónica.
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Por otro lado, para ellos esta nueva edición de la Fiesta, “es una mezcla de sentimientos encontrados, tenemos ansiedad, pero también hay una cierta tristeza porque esto se está acabando”, señaló Rulo.
Sin dudas, Vendimia construye momentos, aprendizajes, historias de amor, pasión por el arte y genera una gran cantidad de sentimientos en los bailarines que ponen lo mejor de sí en cada actuación. Verónica y Rulo son un símbolo de la pasión por la danza y una inspiración para los jóvenes que se encuentran transitando el camino de una historia que recién comienza.