Detrás de su simbología y diseño, el Escudo Nacional guarda una historia poco conocida que marcó el destino de una Nación. La historia de esta efemérides.
Por qué el 12 de marzo es el día del escudo nacional
Cada 12 de marzo en Argentina se celebra el Día del Escudo Nacional, uno de los emblemas más importantes y representativos de la identidad del país. Sin embargo, la historia detrás de su creación está llena de detalles que muchos desconocen y que revelan la construcción de la soberanía nacional.
En enero de 1813, el Segundo Triunvirato convocó a los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata para conformar la Asamblea del Año XIII, con el propósito de consolidar la soberanía, declarar la independencia y sentar las bases de una constitución. Fue en ese contexto que se planteó la necesidad de un nuevo sello oficial que identificará los actos de gobierno y dejara atrás los vestigios del Virreinato. Así fue como el diputado por San Luis, Agustín Donado, recibió la misión de diseñar un cuño representativo.
Donado no lo hizo sólo. Confió la tarea a Juan de Dios Rivera (o Ribera, según algunas fuentes), un orfebre peruano radicado en Buenos Aires. Rivera elaboró el primer diseño que, según documentos de la época, comenzó a utilizarse en febrero de 1813. Sin embargo, no fue hasta el 12 de marzo de ese año que un decreto oficializó este emblema como el Escudo Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata. De ahí es que se celebra esta fecha como efeméride.
El Escudo Nacional no es sólo un adorno. Cada elemento representa ideales y valores que buscaban inspirar a la joven Nación. La elipse dividida en dos campos de color azul celeste y blanco simboliza la justicia, la verdad, la lealtad y la fraternidad en su parte superior, y la pureza, la fe y la integridad en la inferior. En el centro, dos manos diestras se estrechan como signo de unión y acuerdo, mientras sostienen un asta coronada por un gorro frigio, símbolo de la libertad. En la parte superior, el sol naciente con sus 21 rayos alternados representa la verdad y la prosperidad. Finalmente, las ramas de laureles rodean el escudo, evocando la victoria y la gloria, unidas por un moño con los colores patrios.
Su forma es oval, cortada al medio: la mitad superior de color azul celeste, que representa la justicia, la verdad, la lealtad y la fraternidad; y la mitad inferior, de color plata (blanco), símbolo de pureza, fe, hidalguía, integridad, firmeza y obediencia. En la mitad inferior se estrechan dos manos diestras que sostienen un asta, que en la mitad azul celeste ostenta un gorro frigio, símbolo de libertad. Las manos entrelazadas representan la unión fraternal de los hombres y de los pueblos. El asta o pica simboliza la autoridad, el mando, la dignidad y la soberanía.
En la punta se ubica un sol naciente (figurado, de oro) con veintiún rayos visibles rectos y flamígeros alternados, que representa la verdad, la majestad y la prosperidad. Dos ramas de laureles (símbolo de victoria y de gloria) forman una corona sobre la cara del sol y se cruzan en la base, unidos por un moño con los colores de la bandera nacional./Educ.ar.